Para empezar a entender el comportamiento de un material es
estudiar las propiedades
mecánicas del mismo. Esto es, comprender cómo se va a comportar el
material cuando está sometido a fuerzas
mecánicas (o esfuerzos). Investiguemos entonces cuáles son las características que definen los parámetros importantes de
los materiales poliméricos.
ENLACES O FUERZAS
Mantienen a los átomos y moléculas unidos, y
son los grandes “culpables” de las propiedades
mecánicas de los polímeros. Estos enlaces pueden ser entre átomos para
formar las moléculas, o entre las mismas moléculas. En general, puede decirse
que los enlaces primarios se asocian
con las uniones interatómicas, y se resumen en tres tipos: iónico, covalente o metálico. Los enlaces secundarios se
refieren a aquellos entre moléculas, y son mucho
más débiles que los primarios. Son el enlace de Van der Waals y el puente de hidrógeno, y pueden ser
inducidos o permanentes, es decir, durar por un tiempo o para siempre. Cuanto
más débiles sean los enlaces entre moléculas, más bajas van a ser, por ejemplo,
las temperaturas de fusión y ebullición.
Los polímeros
son materiales compuestos de moléculas extremadamente largas con enlaces de Van
der Waals y puente de hidrógeno. Cuanto
más largas sean estas cadenas, más “pesadas” y capaces de unirse
entre sí, más fuerza intermolecular y, por lo tanto, más probabilidad de que sean sólidos a
temperatura ambiente.
¿Por qué las resinas que usan las impresoras 3D de
esterolitografía son líquidas a
temperatura ambiente?
Cristalinidad
Otro tema fundamental en los polímeros. Tal como dijimos en el
artículo sobre materiales industriales,
las cadenas poliméricas se parecen mucho a fideos muy largos. Cuando vemos en
un microscopio una muestra de material de este tipo vemos que tiene partes muy
“ordenadas” y rectas, llamadas zonas
cristalinas y partes donde las cadenas no siguen una forma
ordenada, sino que están entrecruzadas en forma rara, que se las llama zonas amorfas.
Pueden existir polímeros que se consideren
amorfos y cristalinos, pero en la realidad siempre predomina una de estas.
Propiedades termomecánicas
Ahora sí, algo que les va a
gustar: ¿cómo se comportan los polímeros ante
los cambios de temperatura?
Termoplásticos: se
ablandan al calentarse y se endurecen al enfriarse. Estos son procesos totalmente reversibles y
pueden repetirse. En esto se basa el mecanismo de las impresoras 3D
FDM, que funden el plástico que está en forma defilamento (sólido) a la
temperatura necesaria, y lo van depositando donde lo indica el software
utilizado. Una vez que baja la temperatura, el
plástico solidifica en su nueva forma. ¿Cómo pasa esto? Al calentar, las
fuerzas de los enlaces secundarios se debilitan (porque la movilidad molecular
aumenta), y esto facilita el movimiento relativo de las cadenas adyacentes al
aplicar un esfuerzo. Como este proceso es reversible,
podemos decir que, hasta un punto (llamado “degradación”) ,es posible reutilizar este plástico y
volver a extruirlo. O sea, si tengo desperdicio
en una impresora 3D, y logro convertirlo en filamento de nuevo, puedo reutilizarlo en esta
máquina.
Termorígidos
(o termoestables): son
los que, al calentarlos, sólo se logra que se
endurezcan. Si sigo aumentando la temperatura, se llega a la temperatura de rotura de
estos enlaces, degradando el polímero y haciendo que se rompa. Por lo general
son más duros, resistentes y frágiles que los
termoplásticos, pero tienen mejor
estabilidad dimensional. Este tipo de plásticos, son las resinas que utilizan las impresoras 3D. Materiales que,
por ahora, son imposibles de calentar y derretir.
Ahora bien, una pregunta muy
importante es, ¿si usáramos un termoplástico en
una impresora 3D de estereolitografía,
podríamos “derretir” los soportes o las piezas fallidas, y reutilizarlas en la misma máquina?
La respuesta es NO ya que lo que sucede es
que la polimerización es un proceso
irreversible, sea cual sea el plástico que use.
Una impresora utiliza resina y polimeriza,
reacción irreversible y que hoy se
hace a partir de termorígidos. Por
el contrario, la FDM usa
termoplásticos que “derrite” y luego solidifica un polímero ya
polimerizado.
Conclusión
Podemos
reutilizar el plástico de las impresoras 3D FDM convirtiendolos en filamento que sea nuevamente
insumo para este tipo de máquinas, pero no sucede lo mismo con las impresoras 3D de estereolitografía. Sin
embargo, ¿por qué no moler los soportes o piezas falladas y usarlo como
“relleno” para hacer filamento de la en una matriz de algún termoplástico?
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